miércoles, 18 de octubre de 2023

Lado a lado y el Taller de corpoescrituras 2023




Taller sobre escrituras de lo efímero alcanza su séptima versión en PRISMA 2023

Entre el 13 y 15 de octubre de 2023 se realizó, bajo el nombre Ensayos sobre el gesto, el laboratorio de corpoescrituras del Festival PRISMA. Este año estuvo a cargo de Sara Regina Fonseca, editora de la revista Cuadernos de Música, Artes Visuales y Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia; profesora de danza, también en la PUJ, y bailarina profesional de danza contemporánea.

Como en años anteriores, el taller ha sido dirigido a creadores/artistas en general, periodistas, gestores culturales, estudiantes de danza, teatro, periodismo y otras carreras afines, amantes de las letras y las artes, y todo aquel con inquietudes por la reflexión, el análisis de obras y la producción de textos. Ha culminado, según la tradición, con la revisión del texto que escriben los participantes sobre una presentación de danza programada en el marco del festival. Ahora fue el turno de la obra Lado a lado, de la compañía francesa &cø.


Este laboratorio funciona de manera autónoma así como de preludio para la nueva activación del Colectivo de escrituras sobre lo efímero, proyecto que se inició en 2017 bajo la dirección de la profesora ecuatoriana Bertha Díaz, y ha contado con la instrucción de otros especialistas internacionales, a saber: Mercedes Halfon (Argentina), Omar Khan (España) y Noel Bonilla (Cuba). Su meta es registrar, por medio de la escritura, lo que acontece en las presentaciones del festival PRISMA.

 Los textos escritos por los participantes, previamente asignados y entregados dentro del tiempo estipulado, son revisados y curados por Salvador Medina Barahona (el duende gramático) y posteriormente colgados en el blog del festival, que cuenta con un enlace dentro de su página web.



Ensayos sobre el gesto

«Descubrir en el análisis del pequeño momento singular el cristal del acontecer total», WalterBenjamin;

o «Mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos», Alejandra Pizarnik.


Según Fonseca, el objetivo general de esta convocatoria es «Afinar la percepción y potenciar la interpretación de la danza». Sustenta que «La danza, si la miramos con atención y afecto, puede lanzar rayos de luz hacia una red de conexiones infinitas. También puede girar hacia sí misma en una vertiginosa reverberación de sentidos. En este contexto, entenderemos que mirar la danza con atención y afecto es interpretarla. Es volcarse en la tarea de ver todo lo que ella puede contener y generar, a sabiendas de que eso excede, de lejos, aquello que sus bailarines y creadores saben sobre su danza o quieren que ella sea».

El taller trabajó sobre seis conceptos: Hechura y efectividad; Experiencia del tiempo y espacio; Corporalidad individual y colectiva; Modo de expresión y representación; y Procedencias y resonancias.


¡Te invitamos a leer los textos y a compartirlos!




I. Acercamiento y huida

Por Ximena Eleta de Sierra

En la penumbra, un hombre alto y robusto camina pausadamente sobre una cuerda que él va dejando correr, brazada a brazada, sobre su hombro para poder seguir avanzando. Es como si él escogiera, con cada paso, si hará el esfuerzo necesario para dar un paso más, como si él escogiera qué dosis de vida inyectarle a cada paso.

Recorre el escenario de un costado al otro hasta que queda enmarañado por esa misma soga, la fuente de vida que antes dosificó y que ahora, lejos de controlar, lo controla. Cuando ya la desesperación por librarse de esa soga-convertida-en-red lo agota, y yace abatido e inmovilizado, aparece su compañera como un bulto arrojado desde fuera del mundo/escenario –una cuerda de salvamento que le lanza la vida.

Desde ese momento se desarrolla entre los dos protagonistas de esta obra una relación de ven-vete, acercamiento y huida, que escenifican con virtuosismo utilizando técnicas de partnering, acrobalance, acrobacia y, al final, una corde lise o soga aérea –un ejemplo claro de la naturaleza abarcadora e inclusiva que tiene la danza contemporánea hoy en día.

Lado a lado (Coté à coté, en francés) es el título sencillo pero perfectamente apropiado de esta pieza que nos regaló el 14 de octubre la compañía &cø, que desde Francia nos trajo PRISMA–Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá, este año en su 12 edición.

En un Teatro Anita Villalaz energizado, el espectador no pudo evitar sentirse aludido (y quizás soltar una que otra sonrisa de auto-burla) en cada intento de pegarse o despegarse, en cada batalla de egos, en cada «hazme rogar». Y, si no antes, se puede haber visto reflejado al final cuando, nuevamente solo, el intérprete se suspende a varios metros del piso y se enconcha en posición fetal dentro de la cuerda, como envuelto por la vida… o, más bien, resguardándose de ella.


II. Entre luces y lazos

Por Dionisio Guerra

El descubrimiento de vínculos, de conexiones físicas y nexos emocionales, y la apertura que como individuos permitimos y nos permitimos, fueron explorados en la pieza coreográfica Lado a lado, de la compañía &cø de Francia, presentada el 14 de octubre, en la versión 12 de PRISMAFestival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá, en el Teatro Anita Villalaz.

Coreografiada por Sandra Geco e interpretada por ella en compañía de Edouard Gameiro, Lado a lado explora el nacimiento de una relación entre dos personajes que, aunque suelen repelerse, van encontrando esos puntos de conexión que les permiten acercarse.

La pieza escudriña en la compatibilidad de los individuos, y en los esfuerzos que cada uno está dispuesto a realizar para permitirla. A través de la interacción de los cuerpos, el público es testigo tanto del rechazo como de la complicidad, consintiendo como espectadores su afinidad, con la esperanza de que puedan descubrir cómo aceptarse.

Lado a lado incorpora también un mundo digital con el que los personajes se relacionan, representados en la obra como burbujas de luz que van acompañando el viaje en el tiempo y que se transforman junto con ellos, o viceversa.


III. ¿Y si jugamos a que no estamos solos?

Por Thyrza M. Guerrero M.

Sábado 14 de octubre, 8 p. m. Estamos en el Teatro Anita Villalaz, Casco Antiguo. Este sitio, que antiguamente era una sala de audiencias de la Corte Suprema de Justicia y que en 1996 fue habilitado como sala de teatro, se convierte en el espacio ideal para disfrutar de lo que PRISMAFestival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá, en su edición número 12, nos tiene preparado. El turno es de &cø, compañía seleccionada de Francia; dirección y coreografía de Sandra Geco; creación e interpretación de Sandra Geco y Edouard Gameiro. La pieza, Lado a lado.

A las 7:45 p. m. la sala tiene poco público. De repente, como por arte de magia, no queda ningún asiento disponible. La tercera llamada indica que el espectáculo está por comenzar. Un escenario en cámara negra y ocho bolas de luz que cuelgan sobre él. Las luces se apagan, inicia la música y se observa un ser que se mueve guiado por una calle de luz y que parece traer a cuestas una gran soledad, representada por una soga. Es Edouard Gameiro, quien tiene una formación circense, especializado en el vuelo, y que, con la guía de la soga, se mueve sobre el escenario formando elipses con su andar. Con cabello trenzado, su vestuario es una combinación de un fucsia vibrante con azul, y, aún así, transmite tristeza.

A los pocos minutos, de la esquina opuesta otro ser sale a escena. Es Sandra Geco, bailarina híbrida y artista multivalente, quien con el mismo peinado y la misma composición de colores que Gameiro, solo que en sentido inverso, insinúa que está en la búsqueda de algo. Ambos, en un trabajo de piso, se contornean como en la exploración de ese algo, sin saber qué es. Finalmente se encuentran, y, poco a poco, con movimientos que van invitando a la confianza, descubren que a través del abrazo son capaces de sentir, vibrar, enojarse, para volver a disfrutar de la compañía.

Es una pieza que presenta un mundo distópico en donde el aislamiento y la nada nos conducen, a través del movimiento, a experimentar la soledad, la no comprensión de las relaciones interpersonales en el mundo de hoy. Pero, como si el eclipse anular de hoy 14 de octubre de 2023 les/nos recordara la importancia de volver a lo colectivo y nos hiciera entrar en razón para asegurar que nuestra humanidad perdure, surge el abrazo, ese gesto vital.

Lado a lado es una travesía por la vida. Nacemos solos. Luego somos seres sociales. Y terminamos nuestro andar en soledad. Es la ley de nuestro existir. Y en esta sala de teatro, antiguo juzgado, los espectadores nos convertimos en el jurado de conciencia que debe decidir y dar a conocer un veredicto. ¿Somos o no responsables por el efecto de la soledad en el desarrollo humano al privilegiar cada vez más el individualismo?


IV. Corazón con corazón

Por Alejandro Schoffer Kirmayer

No es de extrañar que Lado a lado, de la compañía francesa &cø, se haya presentado tres veces en la edición número 12 de PRISMAFestival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá. Según palabras de la codirectora del festival Ximena Eleta de Sierra: «Se trata de una pieza que no es solo para los adultos; los niños y los jóvenes también disfrutan y perciben otras cosas que nosotros no vemos».

El sábado 14 de octubre a las 8 p. m., en el Teatro Anita Villalaz, la directora, coreógrafa, creadora e intérprete Sandra Geco y el intérprete-cocreador Eduard Gameiro combinaron una pieza donde la danza se mezcla con el circo, el teatro corporal, el hip hop y la cuerda lisa.

En la soledad a veces uno se acerca, pero el otro rechaza, y viceversa. Hay variantes en la música, por momentos relajante, por momentos dispersa. Hay colores. Risas. Ir y venir, venir e ir. Ataduras y anhelos, silencios y rabias, el espejo y el tiempo, la nada y el todo, el silencio y el no.

Greco rompe la cuarta pared y camina con una linterna, buscando a alguien con quien compartir. ¿Soledad o acompañamiento? Uno parece una mosca para el otro y la palabra rechazo vuelve a mi mente.

Una cuerda al inicio y al final podría representar el desorden mental o el hogar, la distracción o la acrobacia.

Uno parece angustiado, el otro también. Sobre todo cuando están solos. Hay contacto cuando se encuentran, mucho contacto: codo con pierna, cadera con cara, pies con cabeza, y se van entremezclando en una ronda de acrobacias tipo hip hop donde juegan con las alturas buscándose un corazón con el otro.

Hablando del corazón, esto me lleva a recordar una parte del taller Ensayos sobre el gesto que los corpescritores acabamos de tomar con Sara Regina Fonseca García, bailarina y profesora de danza en la Universidad Javeriana de Bogotá. Nos mencionó al filósofo Jean Luc-Nancy, quien tuvo un transplante de aquel órgano vital. Dice el autor en la introducción de su libro El intruso: «Yo he recibido, entonces, el corazón de otro», dándonos a entender que él sigue siendo él gracias al corazón de otra persona.

Es entonces cuando me hago esta pregunta: ¿Acaso con el paso del tiempo el ser humano se está deshumanizando, o es que tenemos la necesidad urgente de conectarnos con el otro?



V. El poder del contacto

Por Esther M. Arjona

Un hombre carga el peso de una larga soga que le cuesta halar. Unas lámparas van señalando el camino. Las luces blancas van iluminando cada vez más el espacio. El hombre se siente agobiado, se va enredando con la soga y esta, eventualmente, no le deja caminar; cae y le cuesta trabajo volver a ponerse de pie. Ella entra en escena. También luce confundida. Se encuentran y se da la primera interacción.

Así inicia Lado a lado, obra presentada por la compañía francesa &cø, la noche del sábado 14 de octubre, en la edición Número 12 de PRISMAFestival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá.

Sandra Geco y Edouard Gameiro protagonizan la pieza que cuestiona el creciente individualismo actual y muestra cuán difícil es encontrar un equilibrio en las relaciones interpersonales. ¿Puede una persona sostener el peso la vidade otra?, ¿por qué queremos que todo sea a la manera propia y no favoreciendo al otro? Aunque es difícil hallar un punto medio que favorezca a ambos en algún momento el torso de uno se confunde con las piernas del otrolos bailarines parecen darse cuenta de que, sin el apoyo mutuo, será mucho más difícil permanecer. Se compenetran, avanzan en esa relación; pero no por mucho tiempo antes de encontrar escollos. Él se siente sofocado ante la presencia de ella. Ella llega a sentir que la excesiva fuerza de él le hace daño. Sus ¡NO! rotundos les hacen separarse.

La música, original de Christopher Franco, en ocasiones es relajante, pero se torna enérgica en momentos de conflicto. Durante el rompimiento se detiene y el silencio llama a la reflexión. Poco a poco la pareja se acerca de nuevo. Una sonrisa franca, encendida con el toque de los dedos de uno en el otro, les hace recapacitar y adaptarse, aceptar el abrazo; un abrazo que les da fuerza para cargar entre dos aquella pesada soga y, eventualmente, elevarse gracias a ella.

A través de los colores de la iluminación, de Esteban Loirat, nos vamos dando cuenta de quién se impone en determinado momento. Al final, las lámparas que iniciaron en blanco, y luego oscilaron entre rojo y azul, llegaron a mostrar una gama completa de colores.

La puesta en escena, gracias a la trayectoria de ambos bailarines, también coreógrafos, cuenta con elementos clásicos, así como de baile de calle, circo y danza aérea.


                                     VI. Corretéame, cárgame «a monchinche», y apapáchame

                                                                  Por Ana Sofía Camarga

El pasado 14 de octubre, Sandra Geco y Edouard Gameiro, los bailarines de Lado a lado, de la compañía francesa &cø, encantaron sobre el escenario del Teatro Anita Villalaz en el marco de PRISMAFestival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá. En la obra de aproximadamente una hora, los bailarines se turnan para corretearse, cargarse, perseguirse, y abrazarse entre intrépidas piruetas. Lado a lado, côté à côté en francés, inspira momentos de ternura, comedia y fantasía.

El suspenso es colectivo cuando emerge Gameiro de la oscuridad, quien navega el escenario con una cuerda bajo unas esferas titilantes, con la que eventualmente se enreda. En medio de este enmarañamiento, entra Geco a escena. El encuentro se da entre pasos que evocan posiciones fetales con una gracia casi infantil. La coreografía pareciera proponer el abrazo como premisa cuando los bailarines actúan como un solo cuerpo. Esta imagen de dos cuerpos fusionados es realzada por el vestuario diseñado por Alice Touvet: camisa fucsia y pantalón índigo para Geco; camisa índigo y pantalón fucsia para Gameiro. Cuando un bailarín se encarama sobre el otro, el vestuario da la ilusión óptica de ser un cuerpo a veces en armonía, otras en conflicto consigo mismo.

El esfuerzo de los bailarines por encontrar el balance en sus aproximaciones a lo largo de la obra personifica las palabras de la antropóloga Kath Weston: «las intimidades deben ser animadas y así pueden emerger de donde sea bajo las circunstancias correctas, en lugar de brotar en sitios preestablecidos (...) que han sido culturalmente designados como “relaciones íntimas”».

La teatralidad de esta obra también es tangible en los gestos de los actores. Ceños fruncidos, brazos cruzados, pucheros y miradas pícaras provocan risas y suspiros de ternura en el público. Con música original de Christophe Franco e iluminación de Esteban Loirat, es inevitable sentirse sumergido en esta conmovedora representación de la corporalidad de los apegos. Las escenas más tensas ocurren en silencio, pero eventualmente la música siempre vuelve. Las esferas flotantes también participan en este juego, a veces como iluminación, en otras como utilería. Sin embargo, lo hacen con una elegante economía, e incluso hay escenas completas que ocurren en la penumbra.

La piel se eriza a más no poder cuando los bailarines comienzan a trepar por una cuerda en una danza aérea que no abandona el abrazo como lenguaje de negociación de los afectos. Desde el borde de mi silla sigo este desenlace que me provoca angustia por sentir lo que los alemanes llaman «geborgenheit», o el intraducible sentimiento de la seguridad que da ser abrazado. Tras un emocionante subir y bajar, tirar y jalar, terminan entrelazados, colgando aferrados a centímetros del suelo, y las luces se apagan una vez más.



VII. Una obra sobre ser parte del otro

Por Félix Ruiz Rodríguez

Andar de «lado a lado» es una vida cubierta de muchas lunas que nos hacen descubrir el camino, que en la oscuridad parece una cuerda guiándonos en momentos de amor y dolor, de ironías y risas. El descubrimiento del otro como parte del uno parece ser el destino al que todos estamos condenados, o al menos es lo que nos retrata la compañía de danza contemporánea &cø, de Francia, con su pieza Lado a lado.

El dúo francés tuvo la responsabilidad de dar apertura a la primera noche de PRISMA–Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá, en su versión 12, y lo hizo con un tema que siempre nos ha acompañado: la historia de las relaciones humanas y sus diversas ramificaciones.

La música zen plenamente secuencializada así como las luces esféricas no solo eran hipnotizantes por la apariencia astral y cósmica que daban a la escena, sino que hacían gala del alto trabajo técnico de iluminación y sonido, a cargo de Esteban Loirat y Christopher Franco.

La pieza, que se ha presentado tres veces en PRISMA 2023, frente a un nutrido público infantil inclusive, estaba cargada de momentos cómicos, sin dejar de lado el trabajo físico y técnico en la ejecución de los movimientos que implicaban un alto nivel de dificultad. Habría que elogiar el trabajo, en este sentido, de Sandra Greco y Edouard Gameiro, pues atraer especialmente la atención del niño interno es una tarea compleja.

La puesta en escena se esforzó por jugar con nuestras mentes por medio de los códigos de color y la contraposición del vestuario. La intencionalidad de la luz en los temperamentos y la atmósfera eran parte de la narrativa de la obra para demostrarnos no solo la dependencia humana, sino cómo nos complementamos.

La dependencia ciega y la confianza entre los bailarines para poder ejecutar el trabajo de partneringacrobalance e incluso la secuencia de aéreo fueron fundamentales para mantener cautivos a los que se dieron cita en el Teatro Anita Villalaz. En palabras de Ximena Eleta de Sierra, codirectora de PRISMA, es la primera vez que una obra se presenta en este festival con la capacidad de permear en la visión de niños y adultos, por su diversidad de capas.

Después de todo, andar de lado a lado y mirar a cada lado desde cada lado es la fortuna de la vida que siempre nos puede sorprender, como aquella lámpara que Greco desconectaba de su raíz lumínica para sumergirse en los otros. El público. Nosotros.


                                                                            

                                                             Fotos de  Edouard Serra

                                                 Fotos del taller: Ximena Eleta de Sierra


Ficha técnica de la obra:


Este blog lo edita Salvador Medina Barahona con la colaboración de  







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